La expresión virtuosa docente

 Formas concretas de la expresión virtuosa

La virtud (del latín virtus o su equivalente en griego areté) significa aquella disposición habitual hacia el buen obrar en sentido moral. Como se trata de una disposición o capacidad que se adquiere por un proceso de aprendizaje y su constancia, su práctica supone el bien propio y el de los demás.

Las virtudes que caracerizan al docente son: 

Prudencia

Permite al docente aplicar los principios de la ética general a situaciones particulares. Media en este sentido la capacidad corpórea, intelectiva y por supuesto, las actitudes morales del profesional; se adquiere tanto por medio de la experiencia como de la enseñanza

Humildad

El docente debe ser consciente de que no lo sabe todo, y debe mantener dl panorama amplio tanto para meditar y actuar sobre sus insuficiencias, sin negarlas, pero con el ánimo siempre atento para mejorar

Justicia

Es una actitud que debe cultivarse y que está relacionada con darle a cada quien lo que a le corresponde, es decir un trato igualitario y equitativo

Perfeccionamiento 

Deja de ser un término o límite que hay que alcanzar y se convierte en el proceso activo de transformación, siempre en marcha del refinamiento, del caminar hacia la madurez, y nunca terminar el proceso de desarollo y crecimiento; parte de ese perfeccionamiento es la profesionalización y constante actualización de los modelos pedagógicos y didácticos

Templanza y fortaleza

Se hacen necesarias para consolidar el autodominio y el equilibrio del ánimo y las emociones. El manejo de las emociones es factor fundamental para disponer adecuadamente de las palabras, los gestos y movimientos que influyen en la efectividad del discurso comunicativo del profesional en docencia

Respeto 

Ocupa un campo esencial en la conducta del profesional docente. 

Respeto a la individualidad y la diferencia de los y las estudiantes, a las creencias de cada alumno

Respeto a la intimidad de la persona, sea un estudiante o un colega